viernes, 3 de septiembre de 2010

Patatas Duquesa, imagen profesional


En temas de habilidades profesionales, las organizaciones están demandando cada vez más programas de formación en personal branding o marca personal para sus cuadros directivos y mandos intermedios. Teniendo en cuenta que las organizaciones son sistemas vivos, constituidos por personas, este proceso de construcción de imagen de marca a título individual, alineada con los valores corporativos, es indispensable para garantizar la proyección comercial de una empresa o institución: en nuestra actividad profesional diaria cada uno de nosotros somos comerciales de la organización para la cual trabajamos.
Este proceso de construcción de imagen se desarrolla potenciando cualidades personales, adquiriendo habilidades comunicativas que se expresan a través de nuestros actos, unido a elementos más visuales como la vestimenta, el aspecto físico o nuestra forma de conducta. Todo en nosotros comunica.
Como producto de nuestra experiencia en Arquetipos Consultores, hemos podido comprobar que los estudiantes universitarios y las personas que buscan empleo demandan este tipo de herramienta a la hora de preparar las entrevistas de trabajo. Porque no sólo basta con ser tener un buen curriculum y acompañarlo con el mejor traje de chaqueta. La entrevista de trabajo es un encuentro decisivo donde, durante unos minutos, alguien que no conocemos va a decidir sobre nuestra aptitud para un puesto. Si queremos que la persona que nos evalúa sepa quiénes somos debemos saber comunicárselo.
En el mercado actual de empleo hay muchos candidatos bien preparados, con motivación. Los reclutadores de talento indagan, conocen, entrevistan cada día a muchas personas en esas condiciones; la clave reside, como sabemos, en la diferenciación, en la manera en que presentamos esta información.
Pongamos un ejemplo de la vida cotidiana: las patatas, deliciosas patatas Kennebec, han alimentado a generaciones de gallegos. Las tenemos, están ahí, son una guarnición común que no valoramos demasiado, las descartamos sin llegar a verlas en el plato… a no ser que se nos presenten de una forma especial armónica, bien ejecutada, cuyo aspecto capte de nuevo la atención sobre ella y nos haga probarlas. Si decidimos presentarla “a la duquesa” la cosa cambia, nuestra patata de Coristanco tendrá entonces la oportunidad de ganarnos por su sabor, textura, aroma, que la harán internacionalmente famosa, ganadora de premios, con presencia en los cinco continentes ¡e Internet!
Bromas aparte, al construir una imagen personal eficaz, conscientemente, lo que hacemos es presentar de la mejor forma posible un potencial genuino para que nos distinga, para que nuestra capacidad pueda ser probada y llegue allá donde se necesita, donde será integrada, valorada, promocionada. Se trata de dar forma armónica a lo que ya somos, como al cocinar la patata Kennebec “a la duquesa”.
A fin de cuentas, el cuidado de la imagen no deja de ser un acto de autenticidad, la voluntad de dar, de mostrar nuestra mejor cara de la mejor forma posible para que el mensaje que queremos expresar, ese enorme talento que ponemos al servicio de la sociedad, se transmita nítidamente a su destinatario.

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